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A Santiago En Bici

Etapa 3: Tárrega – Fraga

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Tercer día y donde tomaremos consciencia de la distancia avanzada cuando salgamos de Cataluña, pero pata ello primero tendremos que superar un día de incógnitas y sorpresas a lo largo de una etapa que debería ser sencilla.
Martes 26 de Abril de 2022

Detalles de etapa:

  • Distancia: 93,96km
  • Desnivel: 684m
  • Tiempo en movimiento:6h 37’
  • Velocidad Media: 14,2km/h
  • Más detalles: Strava
  • Descargate el Track: Wikiloc

Suena el despertador a las 6:50 de la mañana y me despierta. Me siento algo desorientado y me doy cuenta de que estoy aún en la misma posición que en la que me dormí… Quizás ayer me cansé más de lo que valoré. Por suerte parece que hoy estoy muchísimo mejor del resfriado, quizás mañana ya esté totalmente recuperado.

Con enorme pereza empiezo lo que ya considero mi rutina de las mañanas: Asearse, vestirse, preparar el equipaje y desayunar. En la pensión nos han preparado un desayuno muy completo, tanto, que el bocadillo lo hemos envuelto y reservado para almorzarlo a media mañana.

Una vez desayunados montamos las alforjas en las bicis, preparamos los GPS con la ruta del día y empezamos el camino. Hoy ha amanecido un día muy soleado, apenas hay manchas blancas en el cielo y la temperatura es muy agradable, ese frescor típico de la mañana pero que se nota que en breve se caldeará.

Recuerdo que cuando revisé y diseñé las etapas en Tárrega no añadí recorrido dentro de la ciudad y además ayer vi que estaba muy lleno de señales y asumí que siguiéndolas acabaremos en el track que tenía preparado. Cuando me doy cuenta el GPS no para de quejarse y me doy cuenta de que estamos desviándonos cada vez más del rumbo que nos interesa. Reviso el mapa y efectivamente era así, quizás estábamos siguiendo una ruta que nos dirigía hacia Huesca o Roncesvalles (inicio del camino francés al que más tarde nos anexaremos). Como ya llevábamos 5km avanzados no contemplo la opción de deshacer camino y buscar el inicio del track, sino programo el GPS para que me conecte con el punto más cercano de la ruta, y en cuestión de 3km volvemos a la ruta correcta.

En la ruta de hoy no tengo esperado ver monumentos hasta Lleida, pero en el quizás pueblo más pequeño que íbamos a cruzar, Castellnou de Seana, encontramos una plaza que nos sorprendió y le dedicamos bastante tiempo a hacer fotos.

Al inicio de la ruta nos encontrábamos un poco atrofiados, pero cuando parece que ya hemos calentado nos damos cuenta de que estamos rodando entre 20 y 24km/h! ¡wow! ¿te imaginas que es así toda la ruta? Mi padre y yo empezamos a fantasear de ir más allá de Fraga, a Candasnos a pesar de que son 25km más, pero es que es un ritmazo y toda la ruta tiene pinta de ser así según el desnivel…

Al poco llegamos a Palau d’Anglesola. Los kilómetros previos había plantaciones de lo que parecía ser arroz o trigo y en el horizonte hacia el Norte, muy a lo lejos porque la visibilidad hoy es excelente, se veía montañas nevadas, es una estampa impresionante… lástima que no se aprecie en las fotos.

Pirineo Nevado

Ya dentro de Palau d’Anglesola vemos un pequeño mural sobre el camino de Santiago y nos hacemos una foto.

Mural pequeño Camí de Sant Jaume

¡Haciendo la foto me doy cuenta de que de forma inconsciente tengo hambre y sugiero buscar un bar donde reponer fuerzas… pero… Ah! ¡Los bocadillos! ¡genial, enfrente del mural hay un parquecito con fuente y bancos…ñam!

Bocata pa la saca!

¡Mientras me zampo el bocadillo observo las vistas cuando de repente veo que en el campanario de la iglesia hay un nido enorme y con cigüeñas en él! Ya sé que parece una tontería e incluso están consideradas incordiantes, pero no es algo a lo que estoy habituado a ver y me hizo ilusión.

Campanario con cigueñas

¡Buah! el bocadillo me ha dado la vida y nos permite seguir con el ritmo de 24km/h. Al poco de salir de Palau d’Anglesola vemos otro mural muy igual que al de antes pero más grande. Enserio, era igual jaja, parece que el de antes era la previsualización de la posterior, jaja.

Mural Grande Camí de Sant Jaume

¿Poco más tarde vislumbro a lo lejos lo que parece una silueta de un gigante muy esquifido? ¡Anda! si es la escultura de un hombre que hay al lado de la autopista A2! ¿quién no la ha visto de los que hayáis pasado por ahí? Me hace mucha ilusión y lo fundo a fotos para vacilarles a mis colegas cuando llegue a casa. ¡Me pude acercar hasta sus pies!

En los próximos kilómetros ya no hay nada interesante hasta Lleida. Quizás un paso a nivel que parece rollo oeste porque está medio de la nada y con vías infinitamente rectas.

Y desde ahí hasta Lleida se me hace un poco pesado por el dolor de culo. A pesar de que vamos en pendiente nula o más bien tendiendo a bajar y viento a favor, el ritmo empieza a mermar. A mi padre no le molesta el culo, pero ya va aflojando y activando el modo de ahorro de batería.

Por suerte llegamos a Lleida un poco antes de la hora planeada: a las 13:25. Nos dirigimos hacia el castillo que lo llevamos divisando desde hace unos kilómetros. El rampote es imponente, nos obliga a poner el piñón más grande y aún así no dejamos de sufrir. ¡Lo alto es precioso! el castillo, la catedral, y como no había gente aprovecho para también fundirlo a fotos, y también de la ciudad, ¡y del horizonte y de… Anda! se ve el paso a Fraga! venga otra foto que el carrete no se acaba… todo era diversión hasta que me acuerdo de que queríamos sellar la credencial de peregrino y podrían cerrar la oficina… y así era, cerraba a las 13:30… ¡Menudo pringao! no me podía esperar 5 minutos a hacer la fotito… Así que, si vais, ¡ya sabéis!

Bueno, es hora de comer. Vamos a buscar algún sitio cercano al castillo y así luego me acerco yo mismo a por los sellos mientras mi padre se toma el café… pero todos los sitios eran de tapas y aunque me apetecía muchísimo unas bravitas, chocos, cervecita… no era la mejor opción para recargar los nutrientes que necesitábamos, así que seguimos buscando hasta que llegamos a un restaurante que tiene un menú asequible por 11,5€. Por desgracia toda la carta era healty y no tenía mucha oferta de carbohidratos y proteína… así que elegimos lo que quizás pudiera tener más. Las cantidades tampoco eran muy generosas, pero eso lo iba a agradecer posteriormente cuando tuviera que volver a apretar a los pedales (si, ya lo sé, es mi asignatura pendiente…).

Mientras esperamos a pagar, chafardeando el móvil descubro la aplicación ”Buen Camino”, que es muy similar a la web, pero te permite descargarte el contenido offline y así no depender de internet, comprobar datos interesantes de hostales y ciudades que estén en el camino que hayas elegido. No cobro comisión por mencionarlo, pero es que realmente me ha sorprendido lo bien que funciona y por eso os lo recomiendo.

Bueno, a lo que iba… en la aplicación Buen Camino veo que pudo sellar la credencial en el ayuntamiento y un comensal que estaba al lado nuestro me responde al comentario que le hacía a mi padre y nos da las indicaciones. Qué amable. Seguimos sus indicaciones parecen que todo es correcto, pero justo la última (girar a la derecha) era al otro sentido, jajaja. Bueno, damos media vuelta y no encontramos el ayuntamiento… preguntamos a otro paisano y nos da unas indicaciones super confusas, de esas que te van diciendo rollo tira por ahí cuando llegues al final giras ”asín” y después tiras payá y si no lo ves era pacà… total, que asentimos a todas las instrucciones y nos despedimos con un ”gracias, ha quedado clarísimo” y buscamos a otra persona con la esperanza de que sea más elocuente y esta vez sí que llegamos al ayuntamiento… para que nos digan que allí no lo firman, que vayamos a la oficina de turismo y volvemos a repetir la misma jugada que antes… que eterno se está haciendo esto… al final la encontramos y es que era complicada de encontrar, está camuflada entre otras tiendas y es fácil pasarla de largo.

Una vez con la credencial sellada ya podíamos huir salir de Lleida. Debo decir que me gustó mucho y me quedé con ganas de venir otro día con la familia y pasear por la vera del rio, las tiendecitas, visitar bien el castillo y catedral y sobre todo tomarme unas tapitas :-p

Continuamos la ruta siguiendo el curso del Rio Segre. Es agradable pero el sol ahora lo tenemos de frente y con el también el viento. Creo que eso de alargar la ruta no va a ser posible… No rodamos lentos, pero tampoco agiles, quien ya lo haya experimentado ya se sabe lo cansado y desmotivante que es rodar contra el viento. Además, en todas esas tierras hay mucha actividad agraria y que el viento te abofetee con el olor a estiércol y purines no es precisamente lo que necesitábamos.

Continuamos ese ritmo hasta Alcarrás, el último pueblo de Catalunya en nuestra ruta. Wow, es impresionante tomar conciencia que hemos llegado hasta aquí por nuestro esfuerzo, ya estamos lejos de casa y en 3 días hemos cruzado 2 provincias y una comunidad…

Poco después de Alcarrás se nos acaba el agua. Por suerte en 17km ya terminamos la etapa y creemos que podremos aguantar, pero no valoramos el viento, calor y que nos quedan los 2 últimos repechajes de 300m cada uno. Para nuestra suerte encontramos un Club (si un club, si, de esos) pero no entramos ahí sino al restaurante que hay al lado (jiji). Allí les pido que, si podíamos repostar agua, aunque sea del grifo, que estamos haciendo el camino de Santiago y tal… y el tío me interrumpe y me dice ”no digas más” y se marcha… me quedo a cuadros, no sabía si lo había ofendido o si no quería escuchar penurias de la gente…. cuando de repente sale con 2 botellas de agua y me desea buen camino! ¡wow, que amables! Además, había un olor a brasa y parecía acogedor… se llama ”Restaurante Cataluña” y está justo antes de la frontera con Aragón, entre la estación de Servicio Repsol y el club Venus.

Bueno, ahora ya tenemos todo lo que necesitamos para continuar, así que nos ponemos manos a la obra. Empezamos a subir el primer repechón entre árboles de albaricoques. Yo me sorprendo porque me siento bien y el culo ha dejado de molestar tanto. Mi padre sin embargo empieza a estar muy cansado, le voy recordando de beber y nos lo tomamos con mucha calma. Es todo un campeón, le veo la cara de sufrimiento y el tío aún sigue, poco a poco, pero sin pausa. Cuando llegamos arriba del primer repechón encontramos una bajada bastante pronunciada y de asfalto que nos conduce hacia la última colina y que supuestamente tras ella está Fraga y nuestro final de etapa. Son las 6 y entre la fatiga de mi padre y la hora sabemos que nuestra fantasía de alargar no iba a ser posible, ya calculé las etapas con bastante precisión a nuestra condición física y capacidades.

Justo antes de la última colina hacemos un refrigerio: unos dátiles ecológicos y un buen trago de agua. Nos sientan genial y mi padre parece que ha recuperado algo el aliento su cara de sufrimiento tiene algo menos de cansancio. Aún así, la pendiente que tenemos que superar es mucha, eso sí, que esté asfaltada ayuda algo. Y quién lo iba a decir, con lo anti-asfalto que es mi padre ahora hace comentarios a su favor jajaja.

Finalmente llegamos a lo alto de la colina (Tenis Fraga) y realizamos un descenso super veloz. Entramos en la ciudad y empiezo a buscar alojamiento. Fraga dispone de servicio al peregrino y un par de hostales. El servicio de peregrino no tiene teléfono de contacto para reservar, pero da indicaciones de ir al ayuntamiento. Pongo en Google Maps indicaciones para llegar; el carbón me hizo subir unas pendientes del 20% para después bajar por detrás…anda que me dice de rodear la colina $%&!@#!. Cuando llegamos allí vemos que atiende hasta las 14h y ya eran las 19… llamo a un interfono y me tiende una mujer de la limpieza, que no puede ayudarme y que pregunte a la policía local, que está allí cerca. La policía local me da instrucciones de ir a la iglesia (que adivinad donde estaba… exacto, arriba de la colina que acababa de bajar 😀 ) y que allí el capellán me daría un documento con el que me hospedarán en el Hostal Trébol sin coste. Como, ¿sin coste? ¡Que grata sorpresa! Hoy nos ha salido bien el día con el bocadillo y el hostal y compensamos el gasto extra de ayer del restaurante de la Panadella y la Pensión.

Cuando llegamos a la parroquia de San Pedro (que, por cierto, en Rubí la Iglesia del pueblo también se llama San Pedo), nos hace pasar. – Para los que tengáis pensado hacer noche en Fraga id directamente a la iglesia – . Es un hombre mayor y nos ponemos todos las mascarillas por respeto y seguridad, aunque ya no es obligatorio su uso. Le comentamos la razón que nos lleva allí y nos solicita las credenciales. El hombre las revisó exhaustivamente, cuando de repente le cambia la cara y se le abren los ojos y nos pregunta que si enserio venimos de Rubí. Tas afirmar nos explica que es una grata sorpresa porque él estudió de adolescente en Los Maristas y que le tiene un especial cariño a esa ciudad. Empezamos conversar y habla de cómo ha evolucionado, de cómo nos ha ido el camino, él nos explica anécdotas y vivencias. El buen hombre se llama Salvador Sansó Arellano y si volvemos a salir en ”El Diari de Rubí” por esta aventura le enviaremos copias de la edición impresa por correo. Nos despedimos deseándonos lo mejor y nos dirigimos hacia el hostal Trébol, que por suerte sólo tenemos que dejarnos caer.

Una vez en el hostal nos atienden con las 2 ultimas habitaciones individuales que les queda (¡uf…que suerte!). Al parecer por restricciones COVID sólo pueden ofrecer habitaciones individuales. No disponen de un lugar específico para las bicis, así que nos dicen que las aseguremos a la baranda de las escaleras del rellano ya que está cerrado con llave. No nos quedamos del todo tranquilos, pero no nos queda otra, y es que este tipo de inconvenientes ya los teníamos contemplados.

Una vez en el hostal nos atienden con las 2 ultimas habitaciones individuales que les queda (¡uf…que suerte!). Al parecer por restricciones COVID sólo pueden ofrecer habitaciones individuales. No disponen de un lugar específico para las bicis, así que nos dicen que las aseguremos a la baranda de las escaleras del rellano ya que está cerrado con llave. No nos quedamos del todo tranquilos, pero no nos queda otra, y es que este tipo de inconvenientes ya los teníamos contemplados.

Tras la cena y la conversación con este hombre me viene a la mente que la última vez que estuve en Fraga fue en 2017 para la Trotamons, una maratón competitiva BTT de 104km que trascurre por el desierto de Monegros. Vine acompañado de Xavier Sampons, un excompañero de la Unió Ciclista Sant Cugat y también vecino de Rubí, algunos le conoceréis por trabajar en la tienda de electrodomésticos Vilá en calle Mayor. Desafortunadamente el año pasado falleció por un fallo cardíaco mientras practicaba ciclismo. Se me encoge un poco el corazón y pienso en cómo reflejar esos sentimientos en el blog. Desde aquí le envío mis agradecimientos allá donde este por esos momentos geniales que pasamos y un abrazo a su familia.

Bueno, por fin acaba el día. Ya en el hostal lavo la roba y la pongo a secar para mañana, me ducho y me pongo a escribir estas líneas. Hoy he acabado tardísimo, ya son la 1 de la mañana y estoy bastante cansado… espero poder descansar bien y que mi pare mañana esté bien recuperado.

La planificación de mañana es bastante optimista. Consta de 84km y 600m de desnivel y lo peor de todo que sólo hay 3 pueblos y están entre el km 25 y el 45, por lo que desde el último tramo de 38km tendremos que hacerlo del tirón sin poder repostar agua ni comida. La previsión meteorológica es de nublado, pero sin lluvia, creo que pude ser positivo, pero lo que realmente me preocupa es el viento. En Bujaraloz valoraremos la situación para saber si continuamos o pernoctamos allí.

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