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A Santiago En Bici

Etapa 4: Fraga – Fuentes de Ebro

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En la cuarta etapa nos tendremos que enfrentar al desierto de Monegros atravesandolo de cabo a rabo. Esto nos permitirá conseguir el hito de terminar el Camí de Sant Jaume en Pina de Ebro y enlazarnos al Camino del Ebro

Miercoles, 27 de Abril de 2022

Detalles de etapa:

  • Distancia: 92 km
  • Desnivel: 751 m
  • Tiempo transcurrido: 6h 24’
  • Velocidad media: 14,4 km/h
  • Mas detalles: Strava
  • Descarga el track: Wikiloc

Bufff… que sueño hace a las 7 de la mañana cuando uno se va a dormir a las 3 de la mañana… Ayer se me fue la hora actualizando el blog de los 2 últimos días, no sé si podré seguir este ritmo..
Lo primero que hago es comprobar si la ropa que lavé ayer está limpia, llevo 3 días usándola y en el hostal de Fraga disponía de radiador para que se seque la badana del culote. Efectivamente todo el material está seco y listo, ¡Bien! También parece que el resfriado empieza a ser agua pasada. Ya estoy preparado para afrontar todo Monegros.

Inicio mi ritual de asearme, vestirme, empaquetar el equipaje, etc. Busco a mi padre en su habitación y le ayudo a montar también su equipaje y preparar el agua con isotónico, ya que hoy será una pieza clave la hidratación. Una vez listos bajamos a la cafetería del hostal que para los huéspedes la abren a las 7:15 (al público no es hasta las 8 que suben la persiana).

Para desayunar pedimos un café con leche y un bocadillo, mi padre de atún y yo de tortilla francesa. Cuando traen el bocadillo no solo vemos que es enorme, sino que además lo acompañan con unas olivas picantes riquísimas. Yo me planteo de guardar la mitad del bocadillo y repetir la jugada de ayer, pero como le han añadido tomate me preocupa que se estropee o que simplemente se oxide y me dé acidez… total que al final me lo acabo entre dudas. Una vez habiéndonos alimentado, pagamos el desayuno y nos disponemos a continuar nuestro viaje.

Bajamos las alforjas de las habitaciones, las cargamos en las bicis, lubricamos las cadenas con cera, configuramos los GPS con el track de la etapa de hoy y le damos al Play. Esto podría decirse que es nuestro segundo ritual mañanero, ya que cada paso es importante para tener una etapa con éxito.

Empezamos cruzando Fraga siguiendo el mismo recorrido que la carrera Trotamons incluido la subido al “puertecillo”, que consiste en una subidita de 4,7km al 9% de media y con repechones del 12% durante decenas de metros y uno en concreto de 40m a los fresquísimos 18% de inclinación, y que por si a alguno le puede saber a poco o incluso decir “eso no es nah!” El terreno está roto, con regueros y lleno de arena y guijarros… Madre mía, que inicio más pesado… y, por si fuera poco, ¿os acordáis del bocadillo de tortilla que no sabía si guardarlo para después? Pues no veas cómo subía el bocadillo, que quería salir por donde había entrado… espero aprender pronto a estas cosas, sino va a ser un camino muy penitencioso.

Bueno, por fin llegamos arriba del “Puertecillo” y felicito a mi padre, el esfuerzo realizado es digno de admirar y su sufrimiento se le ha notado en su mirada. Acto seguido le doy la bienvenida al famoso desierto de los Monegros. Lo primero que nos encontramos es un bar enanismo justo donde acaba el puerto, parece que está esperando una restauración desde la década de los 70 y aún así tenía algún cliente. Esto es interesante porque si a alguno se le ocurre subir por ese calvario arriba podría darse un homenaje, pero yo aún estaba intentando digerir el bocadillo y pasaría de esta oportunidad.

Siguiendo las flechas amarillas, que coinciden con el track descargado, avanzamos por un camino con pendiente ligeramente negativa y además parece que hay una inapreciable brisa a nuestro favor, aunque los arbustos están inmóviles. Mi padre y yo nos damos cuenta de que podríamos estar cayendo en la misma trampa de ayer, en que como el viento y la pendiente están a nuestro favor podíamos avanzar con agilidad y al final de etapa sufrir la mala gestión de la energía…. Así que somos precavidos por que la etapa de hoy es especialmente exigente.

Los primeros paisajes son algo chocantes, hay muchas plantaciones verdes y a lo largo de extensiones que se pierde la vista. A mi padre le choca que eso sea un desierto. Conforme vamos avanzando es notable que no hay edificaciones, ni más carreteras que la nacional y cada vez se tiñe más y más el paisaje del color de la tierra, pero aun así nunca se deja de ver arbusto. Otro detalle que le cocha es que no es plano, hay bastante subidas y bajadas; no es lo mismo que ir por la montaña, pero de vez en cuando vas bajando como vallecitos y volviendo a recuperar la altura, o vas bajando poco a poco y de repente un repechón para seguir bajando poco a poco. También choca que durante kilómetros no hay nada más que el sendero a seguir, miramos hacia atrás y solo vemos nuestro camino hecho hasta desvanecerse en el horizonte, generando esa sensación de incertidumbre de si nos pasara algo aquí que podríamos hacer, no hay cobertura en algunos puntos, estamos alejados de la carretera… impresiona… estamos nosotros solos el uno con el otro…bueno, y con conejos, no paramos de ver conejos y halcones por todas partes…. Incluso hemos visto una pareja de falcones y El segundo llevaba un conejo agarrado con sus patas.
Cuando nos damos cuenta llegamos a Candasnos, el primer pueblo de tres.

Es muy pequeño y sólo tiene un par de tiendecitas, un par de bares y una panadería que sólo vendía un tipo de pan, un tipo de Magdalena y bollería industrial. Como llevamos 25km y más de la mitad del desnivel de la etapa decidimos parar en un bar y tomarnos un Cacaolat con alguna pasta. Tened en cuenta la escasez de oferta si decidís parar en este pueblo.

Tras el refrigerio seguimos nuestra marcha, siguiendo rigurosamente las flechas amarillas que van coincidiendo más o menos con el track. De repente nos encontramos una zona vallada al lado del camino, y dentro se puede ver una estructura metálica y … ¿eso es un avión? ¡Tenían un avión con las alas quitadas! ¿Que debe ser? ¿En Fraga varias personas me han dicho que el festival de Monegros Desert Festival este año va a ser una locura, será eso? Pero parece un recinto pequeño para lo que recuerdo que era cuando fui allá por el 2009… o quizás sea un Paintball… Y justo después de este hallazgo el camino nos lleva a una bajada que va directa a un túnel que pasa por debajo de la nacional, y que me hace gracia porque “Pedal More” lo menciona en su historia y que tuvo que pasar caminando por el agua, nosotros por suerte no nos hizo falta ya que estaba todo seco. Sin embargo, llega un momento en que el track pasa por una propiedad privada donde están instalando paneles solares y han desviado el camino entre un pequeño hueco que hay junto a la nacional, por el cual pasa un riachuelo (si, en el desierto de Monegros hay arbustos, conejos y riachuelos) y el camino es muy poco ciclable e incluso complicado de pasar caminando.

Tras descender ese camino nos toca recuperar la altitud perdida y vemos que por delante tenemos una pendiente que no vamos a poderla subir sobre las bicis, está llena de regueros, piedras, etc.… y como en 1km se encontraba con la nacional decidimos tirar por asfalto, ¡y al avanzar vemos que el camino y la carretera un poco más adelante se juntan en Peñalba! Pues ya tiramos por asfalto, ¿no?
Como en el maratón BTT de “Orbea Monegros” instalan él avituallamiento más lejano (km 68) en Peñalba decido pasar a hacer una foto para los colegas y ya de paso hacemos nuestro avituallamiento bebiendo y comiendo algunos dátiles.

Tras hacer la gracia continuamos nuestro camino dirección a Bujaraloz, y a excepción de algún tramo muy pendiente lo hacemos por el camino.

Una vez en Bujaraloz intentamos conseguir el sello del ayuntamiento o iglesia, pero ya están cerrados, así que buscamos dónde comer. Preguntamos por a un camionero y nos recomienda el restaurante La Parrilla, donde el menú sale por 17 pero está riquísimo, así que vamos en su búsqueda. En el restaurante nos dejaron meter las bicis dentro del restaurante y comer junto a ellas sin preocupaciones de que les pueda pasar algo, algo muy a favor.

Bicicleta en Restaurante La Parrilla

Tras meternos entre pecho y espalda el menú estuvimos de acuerdo con la opinión del hombre que nos lo recomendó. Además, para dejar constancia en la credencial solicitamos que nos pongan el sello, a lo que la dueña accede, pero por no decirle en qué posición estamparlo lo pone en una posición que no sigue el orden cronológico ni respetando el recuadro para cada sello; además, el sello es enorme y ocupa 2 posiciones y me preocupa por si no me caben suficientes sellos o si me lo invalidan al final en la oficina de Santiago. No sé si a más gente también le ha pasado y si le han rechazado o puesto alguna pega por ello. Sea como sea lección aprendida: especifica dónde quieres que te pongan el sello.

Antes de abandonar el bar, mientras tomamos el café y pagamos empiezo a buscar dónde pasar la noche en Pina de Ebro, ¡y resulta que no hay ningún sitio donde hospedarse… NINGUNO! ¿Pero cómo es eso posible? Entre Bujaraloz y Pina de Ebro hay casi 40km de distancia y ¿no hay nada para refugiarse por la noche? Así que empiezo a buscar en el siguiente: Fuentes de Ebro y que tendríamos que alargar 11km la etapa. Encuentro hay 4 sitios donde pasará la noche ¡bien!. En el primero me dicen que ya está todo lleno, vaya, que mala suerte… a ver en el siguiente que por suerte hay más opciones. Pues el segundo también está lleno empiezo a preocuparme. Y el Tercero también, estoy oficialmente preocupado y empiezo a pensar en cuanta distancia estará el siguiente pueblo mientras busco el teléfono del cuarto hostal. Y en el cuarto… Justo les acaban de cancelar una reserva… ¡uf! Por los pelos, igual llamo 5 minutos antes y me veo obligado a alargar la etapa otros 18km extra a los 11km… ¡hubiera sido nefasto!

Cuando ya llevamos un rato en el camino, en medio de la nada, nos encontramos una Ermita que tiene mi nombre (en castellano: Jorge). No parece muy vieja, pero me hace gracia y tomo una foto.

Hermita de San Jorge

Seguimos nuestro camino. Por suerte el viento sigue a nuestro favor y lleva todo el día nublado, si no fuera por el dolor de culo el día está saliendo redondo. Hablando de dolor de culo, es raro que me moleste a mí, pero a mi padre no. Me fijo, y la suspensión de detrás está totalmente hundida… ¿?¿? Me bajo a revisarlo y parece que ha perdido aire el amortiguador. Ya en casa sabía que esto podía pasar y decidí in extremis incluir la bomba del amortiguador, que es especial de Cannondale por que necesita más presión de la que el resto de las bombas puede aportar (alrededor de 400psi) y en pocos talleres especializados hubieran podido ayudarme. ¡Pues la presión estaba por debajo de la mitad! Corrijo el problema y uf… ahora es otra cosa, es otra bici y ya no me molesta nada el trasero.
Bujaraloz es el último pueblo de Monegros y el siguiente es Pina de Ebro, el cual está a casi 40km… la misma distancia que llevamos desde el inicio de etapa, y en medio no hay nada, pero hada de nada! Será mejor asegurarnos que no tenemos más averías, ni nos quedamos sin agua ni nos den pájaras…

Conforme avanzamos el camino se vuelve a poner pendiente y complicado, con trozos de camino roto y decidimos volver a la carretera, aunque sea para superar la pendiente y evitar una vuelta que considero absurdamente innecesaria por que hace un zigzag para volver de nuevo a la carretera nacional.

Al continuar por la nacional vemos que avanzamos rapidísimo, alrededor de 25km/h y como tenemos que alargar la etapa no nos importa continuar haciendo “trampa” y además empiezan a caer gotas.
De repente, ¡veo una silueta diferente entre la gran masa de conejos que vemos… Ostras! ¡Es un zorro! ¡Que sorpresa, hay algo más que conejos en este desierto!

Cuando faltan 5km para llegar a Pina de Ebro me encuentro una estatua del Toro de Osborne, y detrás empieza un camino que lleva a Pina, cuesta abajo y recortando distancia, así que volvemos a seguir las flechas.

Las gotas empiezan a incrementar y nos preocupa tener que sacar los chubasqueros, pero nos da pereza e intentamos llegar a Pina en modo machote.

Una vez en Pina intentamos firmar las credenciales, pero el ayuntamiento, la iglesia y la policía no están disponibles. Creo que tenemos que cambiar de hábitos y dejar de confiar en que podemos sellar la credencial donde queramos y cuando queramos…
Ahora ya está lloviendo, lluvia homologada, no de esa que deja ronchas en el suelo, sino del que todo el suelo está ya mojado y caen gotas de debajo de los árboles. Decidimos tomarnos algo en algún bar, ya que si en este pueblo no hay hostales y tenemos que alargar habrá que recargar pilas. ¿Habrá bares con terraza cubierta? Pues parece que sólo había 1 bar abierto y como no tenía terraza nos dice que podemos usar la terraza del bar de al lado que estaba cerrado… ¡que confianzas! No tomamos un café y una pasta de bollería industrial (parece que es muy popular por aquí este tipo de bollería). El refrigerio calentito no nos puede sentar mejor y nos volvemos a sentir con ánimo para continuar, así que nos preparamos para zarpar… pero tenemos que disfrazarnos para protegernos de la lluvia, pero…¡Anda, parece que la lluvia acaba de cesar, que suerte!

Como el track de hoy ya lo hemos terminado configuro el GPS con el track de mañana. ¡Nos lleva directos a la salida del pueblo y un puente… y UALA! ¡El rio Ebro! Que ilusión.. en ese momento es cuando tomamos conciencia de que hemos atravesado en su totalidad el desierto de Monegros!

Primera vista del Rio Ebro

Cruzamos el puente y seguimos avanzando y al virar nuestro rumbo ligeramente hacia el Norte el viento ya no está nuestro favor y el terreno es tierra húmeda, con charcos, guijarros y barro, lo que dificulta el avance. El camino avanza paralelo a la vía, pero no vemos trenes. También hay campos de cultivo que parece tener trigo. El avance se hace complicado y mi padre empieza a mostrar signos de fatiga, voy acompañándolo, facilitándole avanzar por la parte más fácil del camino (piedras incrustadas al suelo, al límite del borde del camino, donde el agua no se acumula o se drena fácil y las piedras no permiten que la rueda se hunda).

Al final llegamos a Fuentes de Ebro a las 8 pasadas. Estamos cansados y según el GPS el hostal está en la parte alta del pueblo. Llegamos a la puerta del hostal El Patio con las ultimas gotas de energía y además tenemos que subir las alforjas por unas escaleras altísimas… nos irá bien para estirar piernas, jaja. Nos dejan guardar las bicis en el restaurante, aún así las atamos entre ellas. El hostal vale 45€ la habitación e incluye desayuno. La cena también la hacemos en el hostal y el menú (que lo hicieron para nosotros) cuesta 12€. No es la mejor comida que hemos probado en el camino, pero el precio es razonable. Nos sirven ensaladilla rusa y codillo, de postre natillas de supermercado. Para beber hicimos una excepción y cogimos vino, gaseosa y agua, y el vino no nos gustó y acabamos tomando gaseosa y guardando el agua para las bolsas de hidratación para mañana.

Una vez en la habitación mi padre entra en el lavabo, donde hay toallas, jabón etc. Y se ducha él primero. Yo mientras tanto preparo las cosas para la ducha, contesto algunos mensajes del móvil y … bueno, os lo cuento en la siguiente etapa 😛
En resumen, la etapa iba a ser muy exigente por el terreno e incertidumbre, nos preocupaba el viento y lluvia y además no había nada interesante que ver o visitar, pero ha resultado ser una etapa en la que hemos rodado muy rápido, hemos podido disfrutar del desierto y hemos sido muy afortunados por el clima e incluso hemos podido alargar 11km.

Mañana nos espera una etapa mucho más larga pero más sencilla debido al poco desnivel y que hoy le hemo restado 11km. La mayor preocupación es la lluvia, que conforme avanza el tiempo indica meno posibilidades de precipitaciones. Tengo ganas de empezar esta etapa por que haré una visita a un “regalo” que la empresa hizo a los trabajadores y también visitaremos Zaragoza, donde veremos la catedral de la Pilarica e intentaremos obtener el sello que en Fraga nos dijeron que es espectacularmente bonito.

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