Uno de los temas que más me preocupaban y creo que a todos se nos pasa por la cabeza es si seré capaz de acabar el reto o si cuando ya esté a una distancia de no retorno tenga que llamar avergonzado a alguien para que me recoja.
Como habéis leído anteriormente yo ya tengo experiencia en el ciclismo y estoy habituado a irme a la aventura y aun así la duda se me pasa por la cabeza, pero una cosa está clara: si hay gente con poca inexperiencia y ha sido capaz de hacerlo ¿Cómo no voy a poder yo? ¿Cómo lo han hecho? ¿Les ha sido duro y yo estoy dispuesto (realmente) a pasar por ese esfuerzo?
Para empezar a valorar nuestra capacidad hay tres puntos clave:
- Uno es entrenar un mínimo al menos semanas antes de la aventura
- “Divide y vencerás”
- Adaptarse o morir
Entrenar un mínimo: sería muy ingenuo no haber cogido la bicicleta en años y empezar esta aventura a lo loco. No es imposible, pero será mucho más sufrido que si semanas antes vamos cogiendo la bici. Yo recomiendo entrenar hasta ser capaces de asumir unas 3h sobre la bici sin parar, y es que no es necesario estar 8h seguidas, pensad que haréis paradas para desayunar, almorzar, comer, hacer fotos, etc. Y eso proporcionará descansos.
Divide y vencerás: También sería absurdo pensar que se puede hacer los 1200 kilómetros de un tirón, así que ya sabemos que hay que dividirlo en etapas. Contra más cortas sean las etapas más fáciles será superar el reto por que requerirá un esfuerzo menor. Además, mentalmente no es lo mismo ver que pasan los kilómetros y el final de etapa no llega mientras te molesta el trasero, el tiempo no acompaña y las piernas no pueden tirar de la bici/alforjas, así que mentalmente también será más fácil de superar si las etapas son más cortas y se dedican las tardes un tiempo a hacer turismo y relajarse.
¿Y si Divido demasiado? El único riesgo a dividir demasiado es que no puedas terminar el reto en el tiempo máximo que hayas tenido planificado antes de volver a la rutina (trabajo, clases, etc.), pero también hay solución para ello y es hacer el camino en varias vacaciones, como suele hacer la gente caminando; donde este año me he quedado, el año que viene empiezo hasta completar toda la ruta. En mi caso he acordado llevarme el portátil y en caso de no terminar a tiempo dedicar 4h a avanzar en el camino y después 4h a trabajar, y esta opción tras la pandemia se ha popularizado en las empresas con el trabajo remoto y la flexibilidad horaria. Eso si, si vuestro trabajo/empresa lo permite tendréis que cargar con el peso extra del portátil y protegerlo en el viaje.
Adaptarse o morir: ¿Y qué pasa si un día no puedo cumplir con la planificación? No es el fin del mundo, puede haber muchas razones por las que un día tengas que acortar la ruta, ¿pero sabes qué? ¡También muchas razones por las que otro día puedas alargarla! Las etapas se pueden redefinir y las reservas se pueden cancelar y replanificar.
Como último apunte, aún había una preocupación en mi cabeza. ¿Será lo mismo ir en la bicicleta con alforjas? Bueno, pues ya os digo que no. A mí me dio bastante pereza, pero las últimas semanas me forcé a llevarlas para acostumbrarme. El primer día noté que subirse a la bici ya es diferente, se tumba la bici con mucha más facilidad y te puedes hasta caer. Al arrancar cuesta más, sobre todo en subida, maniobrar también se hace difícil y lo que peor se me dio fueron las bajadas, ya que las alforjas empiezan a hacer ruido y si algún obstáculo te mueve la rueda trasera es fácil desequilibrarse.